Tras la la indignación por el asesinato de George Floyd al viralizarse el video que muestra el asesinato por parte del policía Derek Chauvin, las movilizaciones fueron creciendo día a día. La represión policial, lejos de amedrentar a manifestantes, incrementó la bronca y alimentó el fuego, extendiendo el reclamo a otras ciudades. Sindicatos de choferes, maestros y enfermeros hicieron huelgas de hecho en Minneapolis donde fue asesinado George Floyd. Los choferes se negaron a transportar a la policía que se dirigía a reprimir las protestas. Algo similar ocurrió ayer en Nueva York cuando, luego del primer episodio represivo, un chofer se negó a llevar a policias abandonando el volante del bus y fue ovacionado por las y los manifestantes. Luego el operativo represivo continuó con un importante despliegue policial en las calles.
La tardía detención de Derek Chauvin en el día de ayer no frenó las movilizaciones. Diversas ciudades unieron el reclamo de justicia por George Floyd con sus propias reivindicaciones vinculadas a crímenes policiales o episodios de racismo estructural.
Como suele suceder en movilizaciones masivas y con reclamos sensibles, desde sectores hegemónicos se busca criminalizarlas, reproduciendo episodios de violencia de parte de manifestantes de manera asimétrica en relación a la violencia ejercidas por parte de las autoridades, titulando la noticias como “enfrentamientos” en lugar de hablar de represión, mostrando solo una parte de lo sucedido. Si bien se desarrollaron saqueos y hubo quienes enfrentaron la represión policial, el carácter de la convocatoria fue mayoritariamente pacifico. Una gran cantidad de acciones artísticas se desarrollaron desde los primeros días en repudio al racismo y reclamando justicia por George Floyd. Las imágenes de manifestantes con las manos arriba gritando “dont shoot” (no dispare) fueron una constante en todas las manifestaciones y un emblema en este tipo de movilizaciones contra la violencia policial.
Las movilizaciones se desarrollaron en todos los puntos cardinales del país. Desde la Costa Este, en Nueva York, Washington, Boston o Detroit, por solo mencionar algunas ciudades. En el centre¿o del país en ciudades como Atlanta, la anteriormente mencionada Minneapolis, o Denver, hasta ciudades de la Costa Oeste en el estado de California.
El contexto delicado y el accionar de Donald Trump
Estos episodios se dan en un contexto particular. Mientras Estados Unidos es el país con mayor número de personas infectadas y muertes por Covid-19, habiendo superado las 100.000 muertes la semana pasada, el presidente optó nuevamente por tomar acciones simbólicas disruptivas sea negando el problema o desviando la atención. Luego de haber negado la gravedad de la enfermedad evitando muchas veces decretar la cuarentena, empezó a atacar a la Organización Mundial de la Salud (OMS) acusando conspiraciones con China.
Aunque parezca delirante, este accionar parece premeditado como una estrategia de desvío y generó adhesión en un sector que justamente representa a sus votantes. Apoyando a Trump se desarrollaron movilizaciones anticuarentena que nuclearon a sectores de extrema derecha y anti acunas, dichas movilizaciones, aunque no masivas, se extendieron por otros países amparados pro partidos de derecha, como el VOX, en España, e incluso se vienen desarrollando en Argentina. Amparado en teorías conspirativas, declaraciones disruptivas y “fake news”, Trump recurre a la fórmula que lo ayudó a llegar a la presidencia. Algo similar ocurre con su par Jair Bolsonaro en Brasil: el país con mayor cantidad de personas infectadas y muertes de América Latina.
En esta semana Donald Trump redobló la apuesta cargando contra las redes sociales. En este casi, fue contra Twitter en declaraciones el pasado jueves. La controversia escaló al día siguiente, 29 de mayo, cuando Twitter removió un mensaje de Trump en el que “glorificaba la violencia” alentando el fusilamiento de manifestantes en Minneapolis que protestaban por el asesinato George Floyd. Al mismo tiempo, luego de semanas de tensiones con la OMS, decidió romper relaciones con el organismo internacional, También recurrió a un clásico de su discurso: polemizar con China y acusar a quienes se le oponen de comunistas.
Mientras tanto, con o sin cuarentena, la economía se desploma y el desempleo alcanza cifras desconocidas desde la crisis de los años 30. Las consecuencias de esta crisis como del desastre sanitario afectan principalmente a quienes menos tiene y a distintos sectores como afrodescendientes o latinos. En la ciudad de Nueva York, una de las mas afectadas por la pandemia, encontró cierta claridad a principios de abril cuando Bill de Blasio, el alcalde de la metrópoli norteamericana, dio frente a micrófonos y cámaras un informe preliminar sobre la situación, al indicar que de los, en ese entonces, 3.602 muertos por la Covid-19 en el distrito, el 34% pertenecía a la comunidad latina y el 28% a la afrodescendiente, lo cual los porcentajes aclaran que el 62% de las bajas dadas por la pandemia pertenece a aquellos sectores más castigados de la clase obrera neoyorquina.
En San Francisco la mayoría de las personas infectadas pertenecen al sector latino. Un gráfico que muestra el porcentaje de infectados y a que etnia pertenecen resulta contundente: el 95% de los diagnosticados positivos pertenecen a la comunidad latina.
El asesinato de Breonna Taylor como síntesis de la coyuntura
Como fue mencionado anteriormente, el asesinato de Geroge Floyd no es un hecho aislado. Casos como este ocurren cotidianamente en distintas partes de Estados Unidos. Uno de los casos es el de asesinato de Breonna Taylor, una medica afrodescendiente que murió victima de disparos policiales el pasado 13 de marzo. Taylor falleció luego de recibir 8 balazos en su casa en Louisville, Kentucky. Breonna Taylor, era médica de emergencias, tenía 26 años. Había sido condecorada y no tenía antecedente penales. El 13 de marzo recibió ocho disparos cuando los agentes derribaron la puerta de su departamento en Louisville durante un allanamiento como parte de una investigación de drogas. No se encontraron drogas en la vivienda.
Las protestas que se venían desarrollando luego de este crimen se potenciaron luego del asesinato de George Floyd. Uno de los puntos mas altos se dio ayer cuando estallaron los disparos durante las protestas hacia manifestantes y se emitió por altoparlantes el audio de la llamada del novio de Taylor al 911 el día de su muerte. Las movilizaciones en esa ciudad tuvieron otro episodio cuando la policía disparó balas de goma apuntando directamente a periodistas que cubrían las manifestaciones.
El asesinato de Breonna Taylor, de algún modo sintetiza la coyuntura desde su carga simbólica: una medica afrodescendiente que cumplía una tarea esencial en tiempos de crisis sanitaria, fue asesinada por una institución del gobierno que niega la pandemia y priva a su población de tener salud publica.
La chispa por el asesinato de George Floyd prendió en todo el país como si estuviera rociado de combustible. Solo falta saber hasta donde llegará el fuego.



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