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martes, 21 de abril de 2020

Maltrato infantil: se incrementan los casos en el contexto de la cuarentena por la pandemia

Datos a nivel mundial confirman esta situación que tiene como protagonista a la infancia. UNICEF elaboró una guía para la protección y el acompañamiento de niños, niñas y adolescentes en el hogar. Pero es, justamente, el ámbito familiar en donde más se concentran los casos de abuso y maltrato hacia la infancia. El Ministerio Público Tutelar en Argentina publicó una estadística que ponía de manifiesto que el 70% de los abusos se comete en los propios hogares. A su vez, la situación de los niños, niñas y adolescentes dista de ser igual según el contexto socio económico. En muchas barriadas, la cotidianeidad de la infancia se transita en la escuela, el club y, sobre todo, las calles. En el contexto de cuarentena, muchas veces la crisis habitacional hace imposible transitar el aislamiento en el propio hogar. La represión policial se evidencia de una forma aún más cruel sobre estos sectores y, especialmente, sobre la infancia y el intento de regimentación y disciplinamiento sobre sus cuerpos. Por Florencia Palombo, para ANRed.


En el marco de la cuarentena impuesta como medida sanitaria para frenar la expansión del contagio del COVID-19, en varios países del mundo se ha encendido un alerta en relación al aumento de casos de maltrato y abuso infantil. Justamente, el descenso de la cantidad de denuncias realizadas en los distintos organismos gubernamentales expresa que la mayoría de los infantes convive con sus agresores y, en ese contexto, es más difícil comunicarse para efectuar una denuncia. Justamente, en forma reciente, el Ministerio Público Tutelar en Argentina publicó una estadística que ponía de manifiesto que el 70% de los abusos se comete en los propios hogares. El abuso (de todo tipo) se realiza entre los muros del propio hogar. En simultáneo, y como dato no menor, este organismo también afirmaba que el 80% de las denuncias que este organismo recibía por casos de abuso sexual de niños y niñas era, después de una clase de Educación Sexual Integral (ESI) en sus respectivas escuelas, muchas veces efectuadas por los mismos docentes.

Ante esta realidad, UNICEF elaboró una guía para el acompañamiento de los niños, las niñas y los adolescentes pero que pone como eje central a los padres y las madres como garantes de los derechos. Visto y considerando el carácter intramuros de la problemática, la guía de este organismo no tendría un alcance real. Pero, además, elaboraron un comunicado de prensa dirigido a las autoridades de cada país con el objetivo de que garanticen medidas concretas para “garantizar la protección de los niños” en relación a la implementación de medidas que formen “al personal de salud, educación y servicios infantiles en los riesgos de la protección de los niños asociados al COVID-19, incluida la prevención de los abusos y la explotación sexual, y cómo denunciar sus inquietudes de forma segura”. Esto, entonces, pone el foco en trabajadores de la salud, educadores y trabajadores en contacto cercano con niños, a estar atentos a situaciones de vulnerabilidad de derechos y en la necesidad de que el Estado garantice las herramientas necesarias para la detección de casos y la posterior protección a los menores.

Marisa Graham, designada por el Senado como la titular a cargo de la Defensoría de Niños, Niñas y Adolescentes, alerta también sobre esta situación e insta a llamar al 911 o a la línea 144 ante cualquier sospecha de maltrato, abuso o situación de explotación. En ese caso, los llamados serían derivados y, mediante la intervención de un fiscal, se podría dictar la exclusión del hogar y que el agresor realice la cuarentena en otro sitio, alejado de la víctima.

Tengamos en cuenta que, según datos registrados en el transcurso del 2019, la línea 102 (habilitada por el Consejo de Niños, Niñas y adolescentes de la CABA) ha registrado que “6 de cada 10 llamados recibidos en la Ciudad es por situaciones de maltrato infantil, negligencia o abandono. Además, un 37% de ellos se refieren a problemas de convivencia familiar”. Claramente, el contexto de aislamiento recrudece las cifras en forma alarmante.

A su vez, la situación de los niños y las niñas y adolescentes dista de ser igual según el contexto socio económico. En muchas barriadas, la cotidianeidad de la infancia se transita en la escuela, el club y, sobre todo, las calles. En el contexto de cuarentena, muchas veces la crisis habitacional hace imposible transitar el aislamiento en el propio hogar. La represión policial se evidencia de una forma aún más cruel sobre estos sectores y, especialmente, sobre la infancia y el intento de regimentación y disciplinamiento sobre sus cuerpos. La violencia familiar e institucional es una amenaza directa contra la integridad física y emocional de la infancia.

Para denunciar casos de violencia infantil: desde todo el país, es necesario comunicarse al 911, al 144 o al 112. Víctimas de violencia familiar: #137

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