Redacción Canal Abierto | El golpe de Estado en Bolivia vino aparejado de una represión brutal a manos de las fuerzas de seguridad y militares y de una matanza cuyas total de víctimas se desconoce pero siguen en aumento.
Este lunes, efectivos de la Policía y las Fuerzas Armadas dispararon a mansalva contra una multitud que bloqueaba una planta de combustibles en Senkata -en oposición al gobierno de facto de Jeanine Añéz- con un saldo de al menos nueve muertos y cincuenta heridos.
Esta tarde, una movilización en protesta por la masacre que se produjo en esa zona de El Alto, y que acompañaba los ataúdes de sus víctimas, fue reprimida."No respetan ni a los muertos" le gritan a los policías y militares que reprimen la masiva movilización dónde la gente de El Alto, acompañada de otras partes del país, bajó hasta La Paz con los ataúdes. Esto es #Bolivia con el gobierno de facto, la dictadura.#21Nov pic.twitter.com/aH8Dxw9ylw— Marco Teruggi (@Marco_Teruggi) 21 de noviembre de 2019
“En este momento la policía se ha quedado con los cajones de los muertos y están dispersando, lanzando gases, amenazando con armas, en diferentes calles en las que están todavía las organizaciones porque quieren recuperar a los muertos”, detalla Guzmán.
Y finaliza: “Esto es una dictadura, un golpe de Estado. La represión que están haciendo los militares al pueblo es terrible. Queremos que eso se denuncie internacionalmente”.
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