Como primeras conclusiones, es que lo de debate es inexistente. En todo caso es una exposición intercalada de ideas. Y el formato dejó bastante que desear. Por otro lado, en líneas generales fue bastante pobre en contenido aunque si uno se remite a las redes sociales, cada uno da ganador del mismo a quien va a votar. Muy previsible todo. Incluso, sobredimensionando episodios menores, chicanas y no mucho más.
Intentaré ser lo más ecuánime posible, ya que es imposible dejar la subjetividad de lado.
Sin dudas, estas primeras líneas no son una invitación a mirar la repetición. Particularmente sí hubo un claro perdedor: Roberto Lavagna se lo vio bastante incómodo en el escenario y sus intervenciones no fueron demasiado claras. Un punto a favor, fue haber instalado el hambre en el ítem Derechos Humanos.
Respecto a los candidatos con chances reales de llegar a la presidencia: Mauricio Macri y Alberto Fernández tampoco movieron la aguja, como dice el título. El que necesitaba descontar era Macri, tanto por méritos propios como esperando algún tropiezo de consideración de parte de Fernández. No ocurrió ni lo uno ni lo otro. El Presidente parecía que estaba al frente de otro país y a veces tiró algunos datos no tan de la mano con la realidad y su principal opositor fue de mayor a menor en su intensidad. En términos futboleros, digamos que buscó pero no consiguió el gol.
El presidente, no mostró un mínimo de autocrítica de estos cuatro años, en materia internacional no hizo mención a la soberanía de Malvinas y puso mucho el acento en Venezuela. Alberto Fernández, como era previsible puso la agenda en lo social y apuntó a quienes se beneficiaron durante el macrismo, aludiendo a los amigos de Macri.
Como señalé al principio la subjetividad es inevitable. Pero a la hora de hablar de la exposición de Nicolás del Caño es necesario señalar que se definió en favor de la movilización en Ecuador y el FMI. Fue claro en temas como aborto y género, señalando la injerencia de la Iglesia para no avanzar en lo primero. Además se delimitó de ambos contrincantes principales.
A José L. Espert y Juan J. Gómez Centurión se los puede poner en un mismo párrafo. Aunque al economista se lo vio con más firmeza, coincidieron en su demonización del sindicalismo, los Derechos Humanos y haciéndole guiños permanentes a los nostálgicos de la última dictadura militar. De G. Centurión quedó bien claro su posición contra el derecho al aborto legal incluso cuando la temática era otra.
El próximo debate será el domingo 20 de octubre, una semana antes de los comicios, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, en CABA.
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