Por Sebastián Korol
Revista Superficie
Desde la década del 40, Puerto Piray es el corazón del modelo productivo vigente en la provincia de Misiones, centrado en el monocultivo de pino para la industria de pasta celulosa.
Las carpidas forman parte del recuerdo, hoy se disparan agrotóxicos. Aprieta el gatillo la transnacional chilena-estadounidense Alto Paraná S.A. Los gobiernos nacional y provincial dan zona liberada.
---------
A las 11.50 del 1 de diciembre de 2011, Celso Aníbal Fernández cierra sus ojos para siempre. Yace con sus 52 años en una cama del hospital Samic de Eldorado.
La muerte pone fin a un sufrimiento que ya alcanzaba medio año. Quebrada, Marta Ávalos, la esposa, susurra sus últimas palabras: “Todo esto es por los venenos”.
Celso era peón rural oriundo de Puerto Piray. Durante doce años fumigó en forma manual para la transnacional chilena estadounidense Alto Paraná S.A (APSA). Tres meses antes de morir, expresó en una entrevista con superficie: "Tirábamos veneno para la reforestación en las plantaciones de pino, también hacíamos plantaciones y preparábamos el terreno".
En julio había comenzado a padecer un fuerte dolor en la garganta, molestia que apareció acompañada de una parálisis local y un tumor. En las consultas médicas los profesionales negaban la relación del mal con la exposición a los agrotóxicos. Celso había manifestado serias dudas. “No me dicen exactamente qué tengo, no me dan medicamentos y quieren seguir haciéndome estudios pero ya no tengo con qué ir”.
Rodeada por sus seis hijos, Marta anticipa que iniciará una causa judicial contra APSA, a la que responsabiliza directamente por la muerte de su compañero: "Esto no puede quedar así, no podemos seguir callándonos".
En pocas horas, la muerte de Celso es denunciada en medios de información alternativa de todo el mundo. Los otros, los masivos, callan otra vez.
El episodio, ocurrido en un pequeño paraje rural de Misiones, reabrió el debate sobre los agrotóxicos en la producción forestal; y reflotó preguntas incómodas: ¿Quiénes son los responsables de estas muertes? ¿Cuáles son las implicancias del modelo productivo foresto-industrial? ¿A quiénes beneficia y a costa de qué?
----------
Monocultivo letal
De las 36 mil hectáreas que conforman el municipio de Puerto Piray, el 63 por ciento (22.500) están en poder de la transnacional APSA, completamente cubierto de pinos. Se estima que cada hectárea forestada insume tres litros de agrotóxicos por año. Eso significa que, sólo en este pueblo, se rocían cerca de 70 mil litros de agrotóxicos cada año.